Según la Ciencia. (Evolucionismo)
La teoría sobre el origen del universo más ampliamente aceptada por la Comunidad científica es la conocida como Big Bang, que dice que el universo surgió hace unos 15.000 millones de años y que “todo habría empezado con un ‘átomo primitivo o huevo cósmico’ original compuesto casi por entero de hidrógeno comprimido hasta el límite”
Esta materia original era altamente inestable, por lo que dio lugar a una gran explosión que trajo consigo la formación de las galaxias, las cuales fueron despedidas violentamente a distintas velocidades.
Por otra parte, a partir de los trabajos de Charles Darwin, la ciencia estableció el evolucionismo como teoría del origen del ser humano. Éste sostiene que la evolución se
Ha producido gracias a cambios al azar en la estructura genética de los individuos denominados mutaciones. Además, la naturaleza desempeña un papel de selección natural, anulando a los individuos que resultan con genes desfavorables para sobrevivir en un determinado ambiente, o para competir con otros individuos mejor dotados. En cambio, sobreviven aquellos individuos cuya dotación genética les hacen más aptos para adaptarse al medio. Esta teoría tomó el nombre de neodarwinismo o teoría sintética de La evolución y aúna las tesis del darwinismo y de la teoría genética desarrollada a partir de los trabajos pioneros de Mendel.
Hace unos 65 millones de años los mamíferos se convirtieron en los dueños de la tierra firme y se pusieron a evolucionar en diversas direcciones. Una de estas direcciones la tomaron los primates que habitaban en los árboles. Con el tiempo, algunos abandonaron los árboles y comenzaron a andar erguidos. El más antiguo de los homínidos conocidos se encontró en África Oriental hace aproximadamente 4’5 millones de años, se trata del Ardipithecus ramidus, y a partir de éste surgió el resto de los antepasados del Homo sapiens sapiens.
Según la religión (creacionismo)
La tradición cultural judeocristiana y grecorromana a la que pertenecemos ha sostenido una imagen creacionista del universo y de los seres vivos. Según el creacionismo, las especies son invariables porque han sido creadas así por un ser superior: Dios.
Según la tradición judeocristiana, Dios creó el mundo y las especies vivientes (entre ellos el ser humano, a quien concedió un lugar privilegiado haciéndolo “a su imagen y semejanza”). Así, en el Génesis, 1, podemos leer:
“En el principio creó Dios el cielo y la Tierra. La Tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas (...). Y dijo Dios: “hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la Tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya”.
La teoría sobre el origen del universo más ampliamente aceptada por la Comunidad científica es la conocida como Big Bang, que dice que el universo surgió hace unos 15.000 millones de años y que “todo habría empezado con un ‘átomo primitivo o huevo cósmico’ original compuesto casi por entero de hidrógeno comprimido hasta el límite”
Esta materia original era altamente inestable, por lo que dio lugar a una gran explosión que trajo consigo la formación de las galaxias, las cuales fueron despedidas violentamente a distintas velocidades.
Por otra parte, a partir de los trabajos de Charles Darwin, la ciencia estableció el evolucionismo como teoría del origen del ser humano. Éste sostiene que la evolución se
Ha producido gracias a cambios al azar en la estructura genética de los individuos denominados mutaciones. Además, la naturaleza desempeña un papel de selección natural, anulando a los individuos que resultan con genes desfavorables para sobrevivir en un determinado ambiente, o para competir con otros individuos mejor dotados. En cambio, sobreviven aquellos individuos cuya dotación genética les hacen más aptos para adaptarse al medio. Esta teoría tomó el nombre de neodarwinismo o teoría sintética de La evolución y aúna las tesis del darwinismo y de la teoría genética desarrollada a partir de los trabajos pioneros de Mendel.
Hace unos 65 millones de años los mamíferos se convirtieron en los dueños de la tierra firme y se pusieron a evolucionar en diversas direcciones. Una de estas direcciones la tomaron los primates que habitaban en los árboles. Con el tiempo, algunos abandonaron los árboles y comenzaron a andar erguidos. El más antiguo de los homínidos conocidos se encontró en África Oriental hace aproximadamente 4’5 millones de años, se trata del Ardipithecus ramidus, y a partir de éste surgió el resto de los antepasados del Homo sapiens sapiens.
Según la religión (creacionismo)
La tradición cultural judeocristiana y grecorromana a la que pertenecemos ha sostenido una imagen creacionista del universo y de los seres vivos. Según el creacionismo, las especies son invariables porque han sido creadas así por un ser superior: Dios.
Según la tradición judeocristiana, Dios creó el mundo y las especies vivientes (entre ellos el ser humano, a quien concedió un lugar privilegiado haciéndolo “a su imagen y semejanza”). Así, en el Génesis, 1, podemos leer:
“En el principio creó Dios el cielo y la Tierra. La Tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas (...). Y dijo Dios: “hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la Tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya”.
CIENCIA
|
RELIGIÓN
|
Se basa en
la razón
|
Se basa en
la fe
|
Surgió por
la búsqueda de respuestas a los
problemas
|
Surgió
para dar respuestas a los enigmas
|
Expansión de la Humanidad
La expansión de la humanidad, o dicho de otro modo: las migraciones humanas prehistóricas e históricas, son los procesos por el cual el ser humano se extiende paulatinamente hasta colonizar todas las regiones habitables de la Tierra.
El primer gran proceso de expansión lo lleva a cabo el hombre primitivo. Tomando en cuenta el origen africano del género Homo, esta expansión se realiza desde África hacia Eurasia en forma temprana, hace casi 2 millones de años.
Pero la expansión global efectiva la realizan los humanos modernos, pues es el Homo sapiens quien una vez consolidado como especie, coloniza el mundo y sustituye a las demás especies de Homo existentes. Ya que los humanos modernos se habrían originado en el África negra en un período entre los 140.000 y 250.000 años según una amplia gama de evidencias, el momento crucial de expansión de los humanos modernos implicaría una o más migraciones desde África hacia el continente asiático hace unos 65.000 años según la evidencia genética.
Existe actualmente un debate sobre la antigüedad de los primeros pobladores americanos, unos piensan que tiene una antigüedad de entre 30.000 y 60.000 años según la Teoría del poblamiento temprano y otros que se empezó a poblar América desde hace 12.000 a 14.000 años según la Teoría del poblamiento tardío.
Arte Rupestre y La cueva del espíritu Santo
La investigación del arte rupestre ofrece la oportunidad de estudiar las diversas formas de
Comunicación, la expresión gráfica y las prácticas rituales, entre otros aspectos del ser humano, quizá de una manera más cercana e íntima que cualquier otro tipo de investigación arqueológica. Al hablar de cercanía se refiere al vínculo extremadamente directo que existe entre la percepción e interpretación del investigador y el extenso universo de ideas y de formas de expresión del ser humano utilizadas al momento de plasmarlas sobre una superficie rocosa.
El Salvador no ha sido la excepción, aunque a lo largo de poco más de un siglo las
Investigaciones arqueológicas casi en su totalidad han sido desarrolladas en sitios monumentales, existe un reducido número de investigaciones que han abordado la problemática de los sitios con manifestaciones rupestres.
Hacia finales del año 1888, el investigador Santiago Ignacio Barberena visita y describe la Gruta del Espíritu Santo localizada al oriente del país en
Corinto, Morazán, siendo ésta la referencia más temprana que existe acerca de un sitio con arte rupestre.
La investigación del arte rupestre ofrece la oportunidad de estudiar las diversas formas de
Comunicación, la expresión gráfica y las prácticas rituales, entre otros aspectos del ser humano, quizá de una manera más cercana e íntima que cualquier otro tipo de investigación arqueológica. Al hablar de cercanía se refiere al vínculo extremadamente directo que existe entre la percepción e interpretación del investigador y el extenso universo de ideas y de formas de expresión del ser humano utilizadas al momento de plasmarlas sobre una superficie rocosa.
El Salvador no ha sido la excepción, aunque a lo largo de poco más de un siglo las
Investigaciones arqueológicas casi en su totalidad han sido desarrolladas en sitios monumentales, existe un reducido número de investigaciones que han abordado la problemática de los sitios con manifestaciones rupestres.
Hacia finales del año 1888, el investigador Santiago Ignacio Barberena visita y describe la Gruta del Espíritu Santo localizada al oriente del país en
Corinto, Morazán, siendo ésta la referencia más temprana que existe acerca de un sitio con arte rupestre.
En la cueva de Corinto hay pinturas. Otras artes están ahí representadas. Figuras de danzantes, lo cual implica música. Figuras enmascaradas, lo cual implica teatro. Sabemos o creemos saber que fue un centro ceremonial. Añadamos entonces: oraciones, lo cual implica poesía. Como en las antiguas civilizaciones estas manifestaciones solían darse al unísono. Podemos imaginar una suerte de ópera incipiente a la cual la cueva serviría a la vez de escenario y de concha acústica. Por si fuera poco, cerca hay dólmenes, lo cual implica los inicios de la escultura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario