Al hablar de textos sagrados, nos referimos a la base sobre
la cual se sustenta una religión. Para los fieles, los Libros Sagrados son
considerados de inspiración divina. Estos textos pueden ser histórico-legendarios,
sapiensales o prescriptivos, cuando no oraculares o proféticos. En cualquier
caso, la interpretación de la Literatura Sagrada puede ser tan variada como la
misma diversidad religiosa, así como las controversias entre creyentes y no
creyentes.
Hay cinco textos sagrados, bastantes reconocidos: la biblia,
el Avesta, la odisea, el libro de los muertos y el famoso Popol Vuh.
BIBLIA, también
llamada Santa Biblia, libro sagrado o Escrituras de judíos y cristianos. Sin
embargo, las Biblias del judaísmo y del cristianismo difieren en varios
aspectos importantes. La Biblia judía son las escrituras hebreas, 39 libros
escritos en su versión original en hebreo, a excepción de unas pocas partes que
fueron redactadas en arameo. La Biblia cristiana consta de dos partes: el
Antiguo Testamento y los 27 libros del Nuevo Testamento. Las dos principales
ramas del cristianismo estructuran el Antiguo Testamento de modo algo
diferente. La exégesis del Antiguo Testamento leída por los católicos es la
Biblia del judaísmo más otros siete libros y adiciones (véase la tabla
adjunta). Algunos de los libros adicionales fueron escritos en su versión
primitiva en griego, al igual que el Nuevo Testamento. Por su parte, la
traducción protestante del Antiguo Testamento se limita a los 39 libros de la
Biblia judía. Los demás libros y adiciones son denominados apócrifos por los
protestantes, y libros deuterocanónicos por los católicos. El término Biblia
llegó al latín del griego biblia o 'libros', forma diminutiva de byblos, el
término para 'papiro' o 'papel' que se exportaba desde el antiguo puerto
fenicio de Biblos. En la edad media, los libros de la Biblia eran considerados
como una entidad unificada.
Continuamos con el segundo, que es el famoso libro sagrado
del zoroastrismo iraní.
EL AVESTA. En su
forma actual, está compuesto de dos grandes partes.
Por un lado nos encontramos con los textos litúrgicos,
consistentes en himnos para los sacrificios, reglas referentes a todas las
circunstancias de la vida, los ritos y normas de purificación del mal. Se
encuentran también en él varias narraciones cosmogónicas y mitológicas y una
colección de oraciones y de invocaciones.
La segunda parte la compone el Pequeño Avesta, mucho más
reciente que los libros precedentes, y cuyo contenido lo forman himnos de gran
belleza poética dirigidos a las diversas divinidades secundarias que el
mazdeísmo tardío ha incorporado a la religión monoteísta de Zoroastro. Dichos
himnos servían para las devociones privadas y podían ser recitados tanto por
los laicos como por los sacerdotes.
LA ODISEA narra
el regreso del héroe griego Odiseo (Ulises en la tradición latina) de la guerra
de Troya. En las escenas iniciales se relata el desorden en que ha quedado
sumida la casa de Odiseo tras su larga ausencia. Un grupo de pretendientes de
su esposa Penélope está acabando con sus propiedades. A continuación, la
historia se centra en el propio héroe. El relato abarca sus diez años de
viajes, en el curso de los cuales se enfrenta a diversos peligros, como el
cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan sutiles como la que
representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad si renuncia a
volver a casa. La segunda mitad del poema comienza con la llegada de Odiseo a
su isla natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una paciencia infinita,
pone a prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a efecto una
sangrienta venganza contra los pretendientes de Penélope, y se reúne de nuevo
con su hijo, su esposa y su anciano padre.
LIBRO DE LOS MUERTOS,
nombre dado en general a una amplia colección de textos funerarios de varias
épocas y que contienen fórmulas mágicas, himnos y oraciones que, según los
antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma durante su viaje a la región de
los muertos. Para ellos, el conocimiento de estos textos permitía al alma
protegerse de los demonios que intentaban impedirle su progresión y pasar las
pruebas establecidas por 42 jueces en la antesala de Osiris, dios de los
muertos. En estos textos también se indica que la felicidad en el más allá
dependía de la vida que hubiera llevado el difunto en este mundo. Los primeros
textos religiosos conocidos, de carácter funerario, se encontraron en
jeroglíficos esculpidos en los muros interiores de las pirámides de los faraones
de la V y VI Dinastías del Imperio Antiguo, a los que se conoce como Textos de
las Pirámides. Un famoso ejemplo se encuentra en la pirámide de Unas (que reinó
entre los años 2428-2407 a.C.), último faraón de la V Dinastía. Durante el
primer Periodo Intermedio y en el Imperio Medio algunos individuos tenían estos
textos pintados en sus ataúdes, de ahí que también se conocieran como Textos de
los Ataúdes. Hacia la XVIII Dinastía los textos empezaron a escribirse en
papiros que se colocaban en los sarcófagos. Estos papiros solían medir entre 15
y 30 m y tenían ilustraciones en color. Esta completa colección de textos
mortuorios ha superado tres revisiones o recensiones críticas: la Recensión
Heliopolitana, editada por los sacerdotes de Heliópolis, con textos empleados
entre la V y la XII Dinastías; la Recensión de Tebas, de textos utilizados
entre la XVIII y la XXII Dinastías, y la Recensión Saite, de textos utilizados
desde la XXVI Dinastía, hacia el 600 a.C., hasta el final de la época Tolemaica,
en el 31 a.C. El título El Libro de los muertos induce a confusión, ya que los
textos no forman un trabajo único que siga una continuidad, ni pertenecen a un
solo periodo. Los egiptólogos a menudo citan esta obra para referirse a las dos
últimas recensiones. Algunas de sus partes han sido traducidas con diferentes
títulos.
POPOL VUH, texto
maya del siglo XVI (Quiché, Guatemala) vertido al español por el fraile
dominicano Francisco Jiménez (comienzos siglo XVIII); Carl Scherzer lo tradujo
al alemán (Viena, 1857). Hoy se conoce por la traducción al francés (París,
1861) del abate Brasseur de Bourbourg, quien lo llevó a Europa como parte de su
colección americana; ahora se encuentra en la Biblioteca Newberry de Chicago.
El erudito Adrián Recinos comparó y corrigió las versiones para elaborar una
nueva traducción (1946), fruto de una ardua investigación y profundo
conocimiento de la lengua original. Recinos explica: "El documento…
contiene las ideas cosmogónicas y las tradiciones de este pueblo, la historia
de sus orígenes y la cronología de sus reyes, hasta el año 1550".
Con frecuencia, más allá del valor específico que cada Texto
Sagrado pudiera tener para un determinado credo, su importancia es siempre
significativa en la historia de una cultura, ya sea desde el punto de vista
histórico o meramente literario.
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